Un color gris cicatriz
En vez de echarme polvos
echaste en mi raíces.
Cada vez que te siento dentro,
me late el corazón lento
y silente
pidiendo que no te vayas nunca.
No sé cómo decirte
que tus manos anulan mi pena,
que tus pestañas
mandan a la mierda
Que no hay forma
de hacerte desaparecer,
te llevo integrado en la piel
y no te imaginas
lo bien que se vive así.
Ojalá pudiera explicarte
que desde que me tocaste,
como el mejor pianista
acaricia su viejo piano,
no he vuelto a ser la misma.
Y te doy gracias
porque cuando te dije,
a veces seré tormenta,
te pusiste tu mejor abrigo
y me atravesaste el corazón.
Como quien se ve obligado
a nadar kilómetros
para llegar a la tierra prometida.
Se que;
aquí no acaban los días malos,
ni las malas personas,
ni los malos pensamientos.
Pero;
me haces tomar consciencia
que todas las heridas
pueden tornarse
de un color gris cicatriz.
El único en pisar tierra muerta
y ser capaz de revivirla.
Y por todo esto
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